Carlos Pablo Cocciolo

Seguidores

viernes, 10 de enero de 2020

DE LA NADA


Me miro de reojo. En los mingitorios se descifra un mundo de hombres, un mundo que recuerda a un viejo mundo animal. Animal pero civilizado. Las estaciones de servicio, los boliches bailables, los bares, en fin, el mingitorio es una herramienta de sinceridad que nos vuelve a todos un poco curiosos por nuestro sexo. El masculino. El olor que circunda en nauseabundo. Demasiado. Con suerte mezclado con cloro y algún desodorante. Pero el encuentro se da en los ojos. Los ojos y tu mano. Y lo que llevas en la mano, arrancado del pantalón. Transpirado y sucio. Lo sacás. Lo ves. Lo mimas. Le sacás toda la orina que viene llevando tu genealogía, tu historia. Ese encuentro furtivo, es tan asqueroso, que no suena nada a cuentos de princesas. Allí todo se resume en un pedazo. De carne. Puesta en escena. Los segundos se vuelven eternos. Se detiene el tiempo. Se acerca uno, se acerca otro. Escenario de hombres. Desfile masculino. Los hay introvertidos y escandalosos. En fin, un zoológico de miembros que se sacuden por llegar a una sensación parecida al orgasmo. Se escuchan gemidos de placer, por una vejiga desinflada. A veces algunos penes crecen, otros se achican. Se enciende un morbo de tiempos remotos. Si bien el tiempo es escaso, se rehúyen las obligaciones tan solo por un instante, y ahí es cuando te sentís plenamente hombre.

LA COMA Y EL PUNTO

La COMA Y EL PUNTO ×la dificultad está marcada con * (asteriscos). REPONGA PUNTOS Y COMAS Tenga en cuenta que donde está elidido (aus...