Carta
de Frida Kahlo a Diego
Diego:
Nada comparable a tus manos ni nada igual al oro-verde de tus ojos.
Mi cuerpo se llena de ti por días y días.
Eres el espejo de la noche. La luz violeta del relámpago. La humedad de la tierra.
El hueco de tus axilas es mi refugio.
Toda mi alegría es sentir brotar la vida de tu fuente-flor que la mía guarda para llenar todos los caminos de mis nervios que son los tuyos.
Mi Diego:
Espejo de la noche.
Tus ojos espadas verdes dentro de mi carne, ondas entre nuestras manos.
Todo tú en el espacio lleno de sonidos - En la sombra y en la luz. Tú te llamarás Auxocromo el que capta el color. Yo Cromoforo - La que da el color.
Tú eres todas las combinaciones de números. La vida.
Mi deseo es entender la línea la forma el movimiento. Tú llenas y yo recibo. Tu palabra recorre todo el espacio y llega a mis células que son mis astros y va a las tuyas que son mi luz.
Diego:
Nada comparable a tus manos ni nada igual al oro-verde de tus ojos.
Mi cuerpo se llena de ti por días y días.
Eres el espejo de la noche. La luz violeta del relámpago. La humedad de la tierra.
El hueco de tus axilas es mi refugio.
Toda mi alegría es sentir brotar la vida de tu fuente-flor que la mía guarda para llenar todos los caminos de mis nervios que son los tuyos.
Mi Diego:
Espejo de la noche.
Tus ojos espadas verdes dentro de mi carne, ondas entre nuestras manos.
Todo tú en el espacio lleno de sonidos - En la sombra y en la luz. Tú te llamarás Auxocromo el que capta el color. Yo Cromoforo - La que da el color.
Tú eres todas las combinaciones de números. La vida.
Mi deseo es entender la línea la forma el movimiento. Tú llenas y yo recibo. Tu palabra recorre todo el espacio y llega a mis células que son mis astros y va a las tuyas que son mi luz.
Carta de Beethoven a su "amada
inmortal"
Incluso cuando estoy en cama mis
pensamientos van a hacia ti, mi eternamente querida, ahora y entonces
alegremente, después otra vez tristemente, esperando para saber si el Destino
oirá nuestra plegaria, para hacer frente a vida que debo vivir en conjunto
contigo o nunca verte.
Sí, estoy resuelto a ser un extranjero vagabundo
hasta que pueda volar a tus brazos y decir que he encontrado mi hogar verdadero
con usted y envuelto en tus brazos puedo dejar que mi alma flote hasta el reino
de almas bendecidos. Ay!, desafortunadamente debe ser así.
Debes estar tranquila, tanto más pues sabes
que te soy fiel; ninguna otra mujer podrá nunca poseer mi corazón, nunca,
nunca. Oh Dios, por qué debe uno ser separado de aquella que le es tan querida.
Para más, mi vida en Viena es actualmente desgraciada.
Tu amor me ha hecho el más feliz y el más
infeliz de los mortales. A mi edad necesito estabilidad y regularidad en mi
vida, puede esto coexistir con nuestra relación? Ángel, acabo de oír que va el
correo cada día, y por lo tanto debo cerrar ésta, de modo que puedas recibirla
la inmediatamente. Mantente tranquila; solamente al considerar tranquilamente
nuestras vidas podremos alcanzar nuestro propósito de vivir juntos.
Mantente tranquila, amame, hoy, ayer. Qué
nostalgia llena de lágrimas por tí, por tí, por tí, mi vida, mi todo.
Todos los buenos deseos a tí. Oh, continúa
amándome, nunca juzgues mal el corazón fiel de tu amado.
Siempre tuyo
Siempre mía
Siempre de ambos
Mi ángel, mi todo, mi yo... ¿Por qué esa
profunda pesadumbre cuando es la necesidad quien habla? ¿Puede consistir
nuestro amor en otra cosa que en sacrificios, en exigencias de todo y nada?
¿Puedes cambiar el hecho de que tú no seas enteramente mía y yo enteramente
tuyo? ¡Ay Dios! Contempla la hermosa naturaleza y tranquiliza tu ánimo en
presencia de lo inevitable.
El amor exige todo y con pleno derecho: a
mí para contigo y a ti para conmigo. Sólo que olvidas tan fácilmente que yo
tengo que vivir para mí y para ti. Si estuviéramos completamente unidos ni tú
ni yo hubiéramos sentido lo doloroso. Mi viaje fué horrible...
Alégrate, sé mi más fiel y único tesoro, mi
todo como yo para ti. Lo demás que tenga que ocurrir y deba ocurrir con
nosotros, los dioses habrán de enviarlo...
Tarde del lunes... Tú sufres. ¡Ay! donde yo
estoy, también allí estás tú conmigo. Conmigo y contigo haré yo que pueda vivir
a tu lado. ¡¡¡Qué vida!!!
¡¡¡Así!!! Sin ti... perseguido por la
bondad de algunas personas, que no quiero recibir porque no la merezco. Me
duele la humildad del hombre hacia el hombre. Y cuando me considero en conexión
con el Universo, ¿qué soy yo y qué es aquél a quien llaman el más grande? Y sin
embargo... ahí aparece de nuevo lo divino del hombre. Lloro al pensar que
problablemente no recibirás mi primera noticia antes del sábado. Tanto como tú
me amas ¡mucho más te amo yo a ti!... ¡Buenas noches!
En mi calidad de bañista, debo irme a
dormir. ¡Ay, Dios! ¡Tan cerca! ¡Tan lejos! ¿No es nuestro amor una verdadera
morada del cielo? ¡Y tan firme como las murallas del cielo!
La "Amada inmortal" fue una mujer
anónima (probablemente Antonie Brentano, la esposa de un amigo), tal como
Beethoven se dirigía a ella en una serie de cartas en el mes de Julio de 1812.
En realidad, la expresión usada por Beethoven en alemán es la “Eternamente
Amada”.
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